Entender antes de ser entendido

El quinto hábito: intenta primero entender, luego ser entendido.

Imagina entrar al consultorio de un médico y ver que el médico escucha vagamente los primeros segundos de la descripción de tu dolencia para decir: “Ya he escuchado suficiente” y entregarte una receta.

¿O qué pasa si un oculista te da sus propias gafas, sin molestarse en revisar tu vista, alegando que, dado que él puede ver bien con ellas, también deberían servirte a ti?

Probablemente no confiarías mucho en sus consejos.

Aunque estos ejemplos suenan surrealistas, en realidad a menudo nos comportamos de manera muy similar en la vida cotidiana, particularmente cuando hablamos con otros. Realmente no escuchamos lo que tienen que decir y, en cambio, proyectamos nuestra propia situación sobre ellos, ideando soluciones rápidas que podemos “prescribirles”.

En general, tales consejos rara vez son bienvenidos, ya que las personas generalmente solo confían en el juicio de alguien si sienten que sus situaciones se han entendido completamente.

Por lo tanto, si deseas ser respetado como oyente y asesor, debes desarrollar la habilidad de escuchar con empatía. Esto requiere un cambio de paradigma de “Estoy escuchando para poder dar una respuesta” a “Estoy escuchando para realmente entender a la persona que tengo enfrente”.

Escuchar con empatía significa tratar de entrar en el marco de referencia de la otra persona para poder comprenderla tanto intelectual como emocionalmente.

Según los expertos en comunicación, las palabras que decimos representan solo el 10 por ciento de nuestra comunicación, mientras que los sonidos representan el 30 por ciento y nuestro lenguaje corporal el 60 por ciento. Entonces, para practicar la escucha empática, no solo debes escuchar las palabras; debe prestar atención al sentimiento, comportamiento y significado detrás de ellas. Una forma de trabajar en tus habilidades de escucha empática es observar una conversación sin escuchar las palabras. ¿Qué emociones ves que se comunican?

Se necesita tiempo y esfuerzo para dominar esta habilidad, pero las recompensas posteriores valen la pena. Si aprendes a escuchar de una manera verdaderamente empática, notarás que muchas personas están completamente preparadas para abrirse a ti y corresponder considerando tus opiniones y consejos. Solo necesitan un oyente bueno y agradecido antes de poder hacerlo.

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